no se me ocurre nada más interesante que hacer en el viaje de vuelta a casa que burbujas.
Hago burbujas con mi propia saliva. Como si tuviera un año.
Hacen un blop blop perceptible a cualquier oído.
La chica de enfrente del vagón me mira con cara de "ya no tienes edad para hacer estas marranadas".
La miro fijamente, como diciendo "y a tí qué coño te importa". Blob, blop, blop...así hasta quince burbujas seguidas.
Miro por la ventana, y en el reflejo del cristal veo que el niño que está sentado al lado de la chica también está haciendo burbujas.
Ya somos dos imbéciles.
La chica se levanta con la intención de dirigirse al asiento más alejado de nosotros.
Miro al niño y me guiña un ojo.
Y hace una burbuja monumental
20 ago 2009
27 dic 2008
29 nov 2008
2 nov 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)